lunes, 15 de octubre de 2007

LAS MALAS PRÁCTICAS DE ALGUNOS PROFESORES

En una de las sesiones del curso Psicología Educacional que me encuentro desarrollando con mis alumnos/as de 1er año de la carrera de Pedagogía en Inglés, les hice la siguiente pregunta:


¿QUÉ PRÁCTICAS DEBIERA DESTERRAR EL PROFESOR DE SU ENSEÑANZA?
(¿Cuáles son las maneras en que el profesor se lleva mal con sus alumnos y que debe superar?)

Las respuestas que siguen han sido copiadas de manera textual de sus hojas de trabajo y ordenadas de acuerdo a la frecuencia que presentan. Responden 37 alumnos/as.


- “Ser prepotente, soberbio, altanero, autoritario, tener mala disposición para enseñar, actitud de superioridad humana, moral e intelectual que el profesor da a conocer al alumno. Abuso de poder. Enseñanza a través de la intimidación y del temor” = 51%

- “Incapacidad de dejar los problemas personales o profesionales fuera de la sala” = 35%

- “Hacer sus clases frontales sin nuestra participación: no debiera pasar materia sin importarle si sus alumnos aprenden. Buscar el método(s) por el cual los alumnos puedan aprender” = 32%


- “Humillar, descalificar, ridiculizar a sus alumnos frente a sus pares” = 27%


- “Practicar el favoritismo, privilegios para unos sobre otros” = 27%


- “Falta de empatía, comunicación, tolerancia e interés por sus alumnos” = 16%


- “Reemplazar lo objetivo por lo subjetivo: profesor llevado por sus ideas como si fueran la ley de la vida, no toma en cuenta las diferentes realidades que existen dentro de la mente de sus alumnos. No se debe enseñar desde la subjetividad, reemplazando lo real por lo ideal sin permitir que el alumno tenga una apreciación concreta de lo que está enseñando” = 16%

- “Hacer diferencias entre los alumnos, compararlos, discriminar negativamente” = 13%


- “Robotizar , automatizar la enseñanza” = 13%

Otras respuestas con un porcentaje menor, señalan: “Comportarse inconsecuentemente; no dejarse llevar solamente por lo que dicen los libros; falta de amor por la labor que desarrolla; desconocimiento de las características de los alumnos: lenguaje, intereses, opiniones, gustos; faltas a la ética profesional: fumar en la sala, hablar en forma grosera, condicionar las notas, subjetividad al evaluar, abusos físicos, realizar ‘tocaciones indebidas’ a sus alumnos; mostrarse muy vulnerable o muy flexible tanto como para aceptar o tolerar faltas de respeto o abusos de confianza que terminan con la indiferencia del alumno hacia el maestro; y expresarse con un vocabulario muy técnico o muy complejo”.


Comentarios y recomendaciones

Muchos alumnos encuestados quisieron agregar comentarios y sugerencias, las que se han copiado de manera textual a continuación:

“La enseñanza nunca debiera hacer sentir al alumno aminorado. Es bien clásico que un profesor para ser respetado (como defensa) pase una materia muy difícil y no la explique bien, de manera que consigue que sus alumnos teman por los rojos. Pero aún, siguen no respetándolo”.

“A raíz de estas prácticas, los profesores no tienen buenas relaciones con los alumnos, lo que a la larga influye en el rendimiento ya que a nadie le gusta aprender con alguien que no le agrada. El alumno se sentirá desmotivado para asistir a clases, generalizará este temor a otros profesores y se pondrá violento con sus propios compañeros”.

Por lo tanto, los profesores debieran:

- “Incentivar a los alumnos a participar y no internalizarles inseguridades”.

- “Acortar la brecha que existe entre ambos para que en el proceso de aprendizaje exista un lazo que vaya más allá del conocimiento”.

- “Crear un lazo con los alumnos tratando de conversar con ellos, tal vez no llegar a ser amigos pero hacerlos sentir que alguien los escucha, lo que influye directamente en la seguridad con la que el alumno se enfrenta a sus pares, e incluso, es el comienzo de este alumno a interesarse por la materia que el profesor enseña pues se siente un compromiso personal hacia el docente”.

- “Pedir ayuda a colegas o realizar estudios del comportamiento de los alumnos con el orientador”.

- “Dedicar tiempo al alumno (así como debe criarse un hijo) y dar lo mejor de uno”.

- “Cambiar el sentido de la enseñanza: si se cambia el sentido de la enseñanza, si se le deja de ver de forma unilateral y más bien como un intercambio entre dos o varias personas multifacéticas, que en el desconocimiento de un tema encuentran el conocimiento de otro, entonces nos coloca en una posición en la que tanto profesores como alumnos recojan gran beneficio de la interacción. Si cambiamos nuestra perspectiva, cambiamos la educación”.

- “No olvidar que siempre la actitud de los profesores será transmitida a los alumnos y toda indiferencia o desmotivación de ellos será recíproca. Asimismo, si el profesor trata de imponerse a fuerza totalmente bruta, el alumno ocupará toda su energía a resistirse a fuerza bruta, esto sólo generará antipatía, se perderá todo, interés, comunicación, no habrá nada”.